Nuria Escalona
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PESADILLA Y ESTAFA. NO lo recomiendo absolutamente a nadie. Soy viajera habitual y tengo muchas reservas con Booking, y jamás me había encontrado con algo similar.
Me querían estafar en toda la cara. Nada más abrir la puerta de la habitación, quise salir corriendo.
Resulta que tienen (si es cierto lo que me dijeron) 4 habitaciones pendientes de reformar por problemas con papeles para las obras y,
segun la cara de tonto que te vean, te encasquetan una de ellas.
Estas habitaciones viejas son terroríficas; Sólo tienen un enchufe, la wifi no funciona,
la ducha es un aspersor en el techo que parece sacado de la segunda guerra mundial, la puerta del baño no llega al suelo,
no hay aire acondicionado a pesar de la broma que me contaron en recepción cuando bajé a quejarme indignada....
La historia es que en estas habitaciones tenebrosas del siglo pasado, el aire acondicionado solo funciona con un panel antiguo en recepción,
por lo que si quieres encenderlo o apagarlo, tienes que bajar y pedir que lo hagan ... !! Una tomadura de pelo en el año 2018 y pagando 43€ por persona/noche.
La bombilla no paraba de parpadear de vieja que es, y la ventana no se abre casi y da asco tocarla.
Sólo gracias a que me enfadé hasta pedir la hoja de reclamaciones, me ofrecieron cambiarme la habitación al día siguiente, ni una disculpa ni explicación en absoluto.
Finalmente nos cambiaron la habitación a una de las reformadas, que son las que se corresponden con las que muestran en Booking, donde reservé.
Yo había pagado 260€ por 3 noches en Septiembre, lo cual es bastante caro incluso aunque éramos dos personas,
como para que encima me quieran vender que todo está correcto y funciona segun lo anunciado.
La excusa que me dieron es que llegamos muy tarde y estaban llenos, siendo la habitación antigua que nos dieron,
la única libre (lo cual dudo seriamente), cuando yo tenía la reserva hecha con un mes de antelación y ya había informado de la hora a la que llegaba.
Una vergüenza.
En ningún momento te informan del estado del edificio. Simplemente pagas por algo que luego no te dan a no ser que montes un cirio.
Es una estafa en toda regla, y me deberían haber dado el reembolso de la noche que pasamos en ese agujero del infierno,
pero por supuesto no tuvieron ni un pequeño gesto de cortesía o profesionalidad.
Me negaron cualquier tipo de reembolso por activa y por pasiva, y me dijeron que nadie del personal estaba en posición de gestionar un reembolso,
y que los dueños viven en Barberá, donde tienen otro hotel que, por lo visto, es más importante que este tugurio, que por lo que se ve, les da bastante igual.
Aún no sé quién es la persona encargada de responder ante los clientes en esta situación, ya que nadie me ha dado una disculpa o una
explicación coherente y profesional. Increíble.
Para rematar la faena, te hacen firmar dos hojas sobre la política de no fumar, lo cual cuando ves las instalaciones,
tiene sentido, ya me reconocieron que en las habitaciones antiguas, el aspersor anti incendios, no funciona, al igual que el teléfono o la wifi.
Además, cuando al día siguiente pedí una copia de dicha política para leerla bien, lo que me dieron fue una perteneciente a otro huésped,
que al estar impresa en una hoja ya usada, contenía los datos personales y bancarios de este otro usuario.
La profesionalidad y la privacidad de datos, brillan por su ausencia.
No limpian prácticamente nunca las habitaciones, el ascensor no funcionaba al llegar, la ducha no tenía presión y no salía casi agua caliente,
las almohadas son viejas e incómodas y las colchas igual. Todo cutre hasta decir basta. Se oye todo el ruido de las habitaciones.
ES UN ENGAÑO Y UN AUTÉNTICO DESCARO.